La siembra
Hice de tu abundancia
un rito privado
una fiesta de uno.
Pude verte pero no supe
decir tu nombre
nI velar tu sueño.
Asustaba lo grave de tu canto
Cerré los ojos.
Borré el Rastro
que llevaba que a vos.
Como frutas
me encontré, después
Diciendo a otros tus palabras
amando como un animal
frágil como una larva
en su capullo.
Ahora: la siembra.
con la paciencia
del que deseó
y obtuvo.
De: "El ojo del que mira", Ediciones La Carta de Oliver, 2009
Imagen: letradecambiogeneracionveintiuno
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