Luis Benítez: A desplantes crece la pasión de la sufrida albahaca

EL AMOR DE LA ALBAHACA




No es la anónima, la de las grandes plantaciones industriales,
destinada al secado por toneladas,
la que aflora etiquetada en todos los supermercados de este mundo.
Tampoco la singular, la noble albahaca que ciñó Virgilio
entre sus labios y humedeció la mano de Horacio entre los álamos.
Es la rastrera, común albahaca salvaje de los campos,
la única y la sola que nos mira siempre verde entre las ruinas,
la que saluda desde hace millones de años
entre las piedras. Allí, donde seguramente no es querida,
asoma sus muñones empecinada, con la sola ayuda
de unas gotas de lluvia casual, de a cada tanto:
un gramo de tierra le basta a la paciencia de la albahaca
para amar el rincón entre ladrillos rotos que, parece,
quieren expulsarla para siempre de su seno.
Persevera sola en su manchón de verde
entre lo estéril, lo que le niega el sustento
es aquello que más ama: más quiere agotarla,
más se empecina; más quiere secarla, más florece.
La indiferencia la abona y riega sus hojas
el desdén. A desplantes crece la pasión
de la sufrida albahaca. Y cuando aquello parece
(una vez cada año sucede que se ausenta)
alcanzan cuatro lágrimas celestes
para que resurja de la nada como antes,
otro milagro del amor, que no conoce
la muerte, ni el olvido ni el engaño:
raíz que persiste honda entre cenizas y polvo,
milagro que florece a solas, prodigio
sin correspondencia alguna, la albahaca
es el amor que no se calla ni seca,
por propia voluntad ni por ajena.




Hormigas




este camino viviente

que atraviesa el jardín

viene de un país

que no es el nuestro.

aunque todo el tiempo

atravesamos la superficie del otro reino

desconocemos sus selvas diminutas

el desolado desierto de una baldosa

la efímera catarata de una canilla abierta

los sucesivos abismos que abre una escalera.

abajo y alrededor de nosotros

otro mundo infinito se derrama.

nos inquieta que ese entrevisto dominio

se asemeje tanto a lo que vemos

desde la ventana de un vigésimo piso.

muy lejos y a nuestros pies

otros asesinatos heroísmos y maldades

tienen sus tiempos y ocupan sus lugares

de un modo que juzgamos mecánico:

el sentido de esos días que transcurren distintos

como mucho es un enigma

que enseguida desdeñamos.

su remoto parentesco nos asusta

cuando observamos a un niño

prestarle su atención más entera:

olvidará al crecer las veces

que fijó los ojos en el otro reino

aquel que como el nuestro

comenzó el mismo día.




Nadie sabe dónde estuvimos




toda la tarde llovió

y nadie sabe dónde estuvimos

de ahora en más
me quedaré en tu sombra

viviré el fin de las estaciones cuando

el insecto retorna a su estado de larva

listo para creer que cada uno que anda

por la calle es uno que yo conozco

pero yo me quedaré en mi cuarto

hecho de tu sombra

en una habitación oscura

donde la muerte es una desorientada mensajera

donde entraré en esa pobre tan mínima luz

sea como eso sea




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2 Comentarios

  1. Inmenso autor Luis Benítez. Una gran trayectoria lo respalda para ser uno de nuestros referentes más singulares e importantes. Además, un colega generoso, que no es poco en el medio. Su obra abarca temas profundos y cruciales como el misterio del ser, el destino de la especie, los repliegues del amor, el tiempo inexorable, el lenguaje del mundo y la labor constante del escritor, entre otros. "Lo opuesto busca su opuesto/ Y en lo blanco la gota que hay de negro/ Crece/ Hasta hacer lo blanco negro/ Y así en lo contrario hace la gota blanca/ Todos deseamos lo opuesto". Alfredo Lemon

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