María Victoria Fabre

La ficción del recuerdo     

 


Mi hijo sabe cuál es su recuerdo más antiguo, 
desde los seis años insiste en contarlo 
y en él navega, 
aunque lo interrumpa el olvido. 
En el auto sentado en la butaca 
charlando de quién sabe qué.
Tal vez cada recuerdo
inaugure una partida.
A mí me viene el color naranja,
las piedras de ladrillo
en la plaza,
el paso vacilante y las manos
de mi abuelo, el mito
de que con él empecé a caminar.
Después vino la historia,
cifrada. Fotos en los recortes
de un álbum, el sopor
en las tardes de domingo
sobre el mantel de hule
con la retahíla de lo que voy
a recordar.
 
Pero prefiero ser
flecha en la bandada,
que guía al pájaro migrante,
abrir el caleidoscopio
donde se cruzan tu ojo y el mío.
Trazar esa ficción
donde encontrarnos.
 


Entomología

 


Pequeña, reina del verde, cazadora de bichos,
me ausento en el patio. - Hablen sus secretos,
discutan, en el jardín yo mando.
Ordeno mi mundo, lejos de palabras en voz baja,
que igual se escuchan, cierro mis oídos
a los padres. Afuera, al aire libre, protegida,
exploro, domino mi reino de tesoros minúsculos.
Construyo jaulas, casas en frascos
de vidrio con colchones de hojas,
gotas de agua fresca en un pétalo cóncavo.
Miro al Tata Dios. - ¡Bicho palito!
Con sus patas flacas y largas, parece una
ramita seca. Y lo perdono.
En las hojas del zapallo,
enormes y ásperas, camina la hormiga,
sube por mi mano, recorre el puño del pullover,
vueltas y vaivén hasta llegar al frasco.
Mejor sería cazar luciérnagas para apagar
la noche con el primo. Cuando llegue a mi casa
habrá tantas lucecitas guardadas,
que las moscas de la luz irán en caravana,
y abrirán lo oscuro en el desvelo
curioso de los frascos linterna. Ahora
es la tarde, húmeda. Tras la piedra un bicho bolita,
la próxima presa. Descubierto, se retuerce,
el sol ilumina demasiado,
se defiende de la rama que lo explora.
En el pasto, crecen manzanillas,
casi un yuyo con su florcita tosca.
Al fin algo lo salva, levanto la vista
y un color me refleja. Erguida,
con su vestido rojo y delicado,
florece la amapola.


poetas, poesía argentina
MARÍA VICTORIA FABRE (1968, Argentina). Es Licenciada en Psicología y Maestra de Artes Visuales. En su poesía destaca el interés por las relaciones entre Psicoanálisis y Arte. Publica sus notas en el blog: “El eco de Psique: Arte, Literatura y Psicoanálisis”, http://elecodepsique.blogspot.com.ar 
Ha realizado colaboraciones en poesía para la Revista Monolito. Mención de honor en Poesía en el Concurso Literario Nacional «Paco Urondo», 2015. Colaboró en los géneros de cuento y ensayo para la Revista Jus Digital. Publicó ensayos breves sobre temáticas ligadas al ejercicio de la psicología en compilaciones realizadas por la Editorial Letra Viva. Publicó el poemario Diálogos poéticos junto a Beatriz Fiotto y Laura Rivera. Editorial Elipsis. Rosario 2016. Es docente de Psicología en CBC UBA

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