María Clemencia Sánchez: He sido la amanuense del fenecer de los siglos

El velorio de la amanuense 



Escribí la larga estela de tus árboles
a imagen y semejanza de tu dictado.
La luz que quisieron tus ojos
son hoy de las hojas
palabras detenidas
que la arena de las diásporas entierra.
He sido la amanuense del fenecer de los siglos
recolectora de veranos vacíos
bajo un olmo fértil que no existe.
He ido a averiguar en la antigua vegetación
de las estepas
el nacimiento de los limos.
Hoy, dueña de voces extrañas,
paisajes ajenos que no comprendo
añoro una voz para decir el árbol
que ronda mis sueños, el nombre de una mujer
que semeja el descenso de las mareas,
y el diálogo interrumpido que sostengo
con el ángel.


Avenida Helen Keller en el cruce de la calle 15



Vaya lugar para una cita de amor.
aquellos que acordaron el reencuentro
en la Avenida Helen Keller,
en el cruce de la calle 15,
a las cinco de la tarde, hora de Lisboa,
jamás se encontraron.
Cruzaron tan cerca que no se vieron.
Tropezaron con el viento frío
que venía de ese muelle
donde Fernando y los otros
huyeron como niebla.
La rosa, la misma rosa de Keller,
en las manos de estos amantes,
afilaba sus espinas,
justo cuando el día
auguraba la hora ciega
del olvido.



Tranvía en una calle de Lisboa
MARÍA C. SÁNCHEZ (1970, Itagüí, Colombia)
Fuente: Aurora Boreal
Imagen: Jonhatan Lukas en Flickr


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