Laura Macor: La soledad puede ser oceánica a veces | El poeta ocasional

Laura Macor: La soledad puede ser oceánica a veces


¿Dónde viven las babosas?




Entran por el patio,
trepan los cajones
y dejan su rastro
espeso
de creación galáctica
sobre el colador rojo
que compré esa vez
cuando otro hacía café.

Ese otro,
y vos,
y los otros,
arman la trama
que filtrará la sangre
para por fin
desentenderse
y dejar
la angustia
        en la pileta.

Después
en dos, tres o cuatro
veces o días
despacio y dedicada
arrastraré la mugre
hasta el
fondo del patio,
donde el poder
de lo sutil
           surfea.



Desnivel




La soledad
puede ser oceánica a veces
o sólo una bolita de pan
que hacemos con los dedos,
tiramos al piso
rueda lejos
se olvida
abajo de los muebles
y llena de moho
se pulveriza
disuelve
            y transita
junto al agua
que saco
del piso al patio,
cunado olvido
la canilla abierta.



El dolor mínimo de las cosas




El cuerpo me sobra
por todos lados
como si quisiera
decirme que ya
es tiempo.

Sólo queda
un silencio de gemidos
cotidianos como la piel
donde la vida sucede.

Los malos fantasmas
a veces
traen buenos recuerdos.


Laura MacorLAURA MACOR (Río Cuarto, Córdoba, Argentina)
De: "La niña bajo la cama y otros lugares, Barnacle, 2020









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