Luljeta Lleshanaku

Luljeta Lleshanaku

Fresco  




Ahora no hay gravedad. La libertad no tiene sentido. 
No peso más que un cabello 
sobre un cuello almidonado. 
Unos labios se encuentran en la elipsis al final de una confesión 
asfixiante; en la arena, un cangrejo cierra herméticamente sus pinzas 
y da un paso adelante y dos pasos a la derecha. 
Hace mucho tiempo que me rompí por primera vez en un temblor 
con el toque de tus dedos; 
no más timidez, no más curación, no más muerte. 
Ahora soy ligera como una pluma india, y puedo fácilmente alcanzar la luna, 
una luna limpia como el sexo de un ángel 
en los frescos de la iglesia. 
A veces puedo incluso ver asteroides muriendo como zánganos
en éxtasis por su amor, su reina.



El tejado de la casa de la mujer loca




Es medianoche, y el trabajador que vuelve
del segundo turno en la fábrica de conservas
comprueba qué fuerzas le quedan

tirando piedras contra las tejas
de la casa de la mujer loca.

«¡Malditos seáis todos, hijos de puta!»,
maldice desde el interior.

Ella es la historia, incapaz de culpar a nadie.
Ella es la llave maestra, la maldición colectiva
en una noche que apesta a sardinas y enzimas.



Se apresuran a morir




Mueren uno tras otro;
echar paladas de tierra sobre ellos se ha vuelto tan normal
como espolvorear sal sobre el pan.

Son de la misma generación, mi familia, o más exactamente, de una época,
y los hijos de una época son como los perros amarrados al trineo:
en búsqueda del oro
o corren juntos o caen juntos.

No es matemático,
pero se parece más a los peines, los peines que doman la rebelión de cualquier cabello
después de un flirteo loco frente a un espejo.



LULJETA LLESHANAKU (1968, Elbasan, Albania)
Fuente: https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/cinco-poemas-de-ausencia/
Traducción: Lucía Duero
Enlace en inglés / albanés

Enlaces en español: Imagen: Gazeta Si

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