José Luis Piquero



Dummy



En realidad ya estoy acostumbrado:
ni siquiera me duele.

Antes era peor: perspectivas de viaje que siempre se truncaban (y a los niños
no les daba ni tiempo a marearse),
el dejà vu del susto y un punzante
sentimiento de culpa:
no he sabido cuidar de mi familia.

Luego uno aprende a relativizar
y no faltan ventajas: nada de preocuparse por ascensos
o por pagar facturas,
mis hijos nunca traen malas notas,
mi mujer no me engaña: se sienta y cierra el pico.

Somos una familia peculiar: el señor Ave Fénix y señora
con sus encantadores chiquillos soñolientos.
Tan ciegos, tan tenaces
en el error. Tan tontos.

Ya lo sé: damos risa.

Tengo este sueño: pego un volantazo
de lo más inspirado, piso a fondo,
esquivo a un ingeniero y salimos a escape
carretera adelante, hacia auroras blanquísimas, el cielo de los dummies.
Y al despertar os odio. ¡Dios mío, cómo os odio!

Óyeme tú, viajero, que recorres triunfante la autopista
y a tu corazón baja
el canto eterno de la radio-fórmula.
Acuérdate de mí cuando, muerto de miedo,
levantes la cabeza llena de sangre y grites:

¡Santo Dios, no lo he visto!
¿Estáis bien?”.
Y el silencio.

JOSÉ LUIS PIQUERO (1967, Mieres, España)
Fuente: Revista Fogal
Imagen: El País

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