Marisa Negri | El poeta ocasional

Marisa Negri

La lana es la vida. Es el arreo con silbido y buen perro hacia la esquila y el hilado torcido para la resistencia. Los más antiguos no están y nadie quedará cuando nos vayamos yendo. Madrecita tejía ponchos bordados que no alcancé a aprender: roble, canelo, pello pello, tenía 12 años cuando todo empezaba. Madeja cruda teñida con barba de palo, tiene que hervir para que tome el color. El punto ceñido apacigua el viento, las agujas nunca se dirigen al pecho.

Mi padre esquilaba con la oveja amarrada en tres patas y entregaba a las mujeres de la casa el puro vellón con su grasita que las mujeres hilaban sin lavar sobre un huso de palo.

Las viejas vieron, todas las hojas daban los colores; el mechay, el amarillo y el azul lo hacía la madera. Se iniciaron entonces en la ciencia del teñido. En un perol de aluminio hervir cáscara de árbol, flores de dalia, orujo de manzana. Los días largos se tejían en el patio, la casa era una sola. Los niños no se dejaban fuera de las cosas, vendían los tejidos en la escuela para comprar zapatos.


De: "Hebra", La Gran Nilson, 2016)
MARISA NEGRI (1971, Buenos Aires, Argentina)

Publicó Caballos de arena, 2003; Estuario, 2008; El jardín de las estrelicias (con Maggie de Koenisberg), 2010. Realizó también la antología poética de Olga Orozco El jardín posible (2009) y la compilación de la obra periodística de Orozco en Yo, Claudia (2012). La selección corre a cargo de Rocío Wittib
Enlaces: Círculo de Poesía
Imagen: Círculo de Poesía

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