En un mundo erizado de prisiones
sólo las nubes arden siempre libres.
No tienen amo, no obedecen órdenes,
inventan formas, las asumen todas.
Nadie sabe si vuelan o navegan,
si ante su luz el aire es mar o llama.
Tejidas de alas son flores del agua,
arrecifes de instantes, red de espuma.
Islas de niebla, flotan, se deslíen
y nos dejan hundidos en la Tierra.
Como son inmortales nunca oponen
fuerza o fijeza al vendaval del tiempo.
Las nubes duran porque se deshacen.
Su materia es la ausencia y dan la vida.
José Emilio Pacheco (1939 / 2014, Ciudad de México, México)
Fuente: f Liliana Hayat
Imagen: animalpolitico.com
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