Egor Mardones | El poeta ocasional

Egor Mardones



Domingo    




Hoy no trabajo. 
Generalmente paso más de medio día 
tirado en la cama, perdido en los drogos atardeceres 
de mi habitación.
A veces manipulo el control remoto
en busca de quizá qué imposible mensaje entre los 666
abismantes canales de TV
pero siempre termino en una de monos animados.
Nada hay, a las finales, en el mundo
semejante a un taxi desplazándose cinematográfica-
mente por las clandestinas avenidas de la noche,
de la página,
de la imaginación.
Pantalla en blanco/ Cortinas cerradas/ Silencio total
El resto del día es nada
como todo asqueroso domingo.



En viaje



Vago ensimismado por esta cinematográfica citi
de bajo presupuesto y peor taquilla
por este perpetuo trasnoche de malísima poesía
solo y sin destino como siempre
en busca de sonámbulos pasajeros varados
en remotas esquinas
que todavía sueñan con despertarse amanecidos
a la más bella y radiante orilla deste mundo
y tumbarse a los porfiados hechos
aunque sea por un mísero instante
y llegar a creer que es para toda la vida.



Todos se han Largado a Otra Parte



Todos se han largado a otra parte
sólo quedaron aquí los condenados a vida:
putas, artistas, yonquis, replicantes, hackers,
veteranos de guerra, ciberpunks, muertos vivos
y otras faunas por el estilo descarriadas.
Todos se han largado lo más lejos posible desta citi
que nunca es tan lejos como lo sabe cualquiera
que alguna vez haya siquiera rozado los poemas de Cavafis.
Sólo yo sigo llevando en mi taxi a Partealguna
a pasajeros que en su perra vida han salido de Nada
que jamás se han movido o moverán ya para siempre
de Aquí/



EGOR MARDONES (1957, Tomé, Chile)
De: "Taxi Driver", Ediciones Al Aire Libro, 2009

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