Lorena Curruhinca | El poeta ocasional

Lorena Curruhinca







X-men 2








Michael Phelps es el mayor medallista olímpico de todos
los tiempos.

Como con todo lo extraordinario, se estudió qué causas


hacen

desafiar lo teorizado acerca de las técnicas natatorias;


ignorando que la técnica, también, es carácter humano.

Sus brazadas son tan eficaces que casi no hay burbujas a


su alrededor.

Su inmersión es más extensa que el resto de los nadadores:

esto evita la resistencia de olas. Michael usa la


propulsión de su patada

para ir más profundo.

Su entrenador explica que 


cuando él está sumergido

actúa como un delfín: imita la rigidez del mamífero,

la cual funciona de soporte mientras la parte inferior se


mueve. Esto es:

propagar la potencia en toda la extensión corporal.


Phelps hace su retórica acuática desde la imposibilidad;

aguanta la respiración y se aproxima al interior.

Esa pelea, íntima, en un medio espeso

vibra y esparce para los que continúan flotando.











Hay quienes comparan nadar
con un regreso a la panza de la madre:
revivir estar en líquido amniótico.

El saco amniótico es un recinto reducido
(se estira, estira la piel todo lo que se pueda)
que amortigua y el feto puede saltar ahí, moverse:
estar protegido de posibles golpes exteriores.

El río es un lugar inmenso, no hay paredes ni barandas
donde sostenerse.


La relación entre mamá y yo no está en el agua:
nunca nadé soñando estar dentro de ella.
Doy brazadas sin ninguna pretensión embrionaria:
hago inmersiones sin buscar ningún sentido a nuestro vínculo
salgo a respirar como todo mamífero que sueña con ser pez

pero sabe que en el aire está su vida.



Mi mamá me enseñó a crecer
sin tener que dejarme el traje de buceo puesto.














Lorena Curruhinca (1981, Viedma, Provincia de Río Negro, Argentina)

De: "Una chica de río", Colectivo Semilla, 2012

Blog: http://principiodeincertidumbre.blogspot.com.ar/



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