Jorge Cáceres | El poeta ocasional

Jorge Cáceres

Poesía chilena



Por intermedio de uno de los personajes de Roberto Bolaño, conocí la poesía de Jorge Cáceres: 


"La historia de Juan Stein, el director de nuestro taller de literatura, es desmesurada como el Chile de aquellos años (...) Sus poemas eras breves, influido a partes iguales por Nicanor Parra y Ernesto Cardenal, como la mayoría de los poetas de su generación y por la poesía lárica de Jorge Teiller, aunque Stein nos recomendaba leer a Lihn más que a Tellier. Sus gustos eran en no pocas ocasiones distintos e incluso antagónicos a los nuestros: no apreciaba a Jorge Cáceres (el surrealista chileno por el que nosotros sentíamos adoración), ni a Rosamel del Valle, ni a Anguita. Le gustaba Pezoa Véliz (algunos de cuyos poemas sabía de memoria), Magallanes Moure (una frivolidad que nosotros compensábamos frecuentando la poesía del horrible Braulio Arenas), los poemas geográficos y gastronómicos de Pablo de Rokha (que nosotros ... eludíamos como quien elude un foso demasiado profundo y porque siempre es preferible leer a Rabelais)..."

Definiciones del protagonista de "Estrella distante" ¿O conclusiones de Bolaño?

El explorador me llevó directamente a Mandrágora, http://www.mandragora.uchile.cl/caceres/.sitio de la Universidad de Chile que contiene varios textos del poeta. Estos son los seleccionados:



Siempre en llamas




I




Me contemplo morir esta tarde la última
Bajo el sol las ortigas represan el cauce de esa luz
Cauces desconocidos sobre un viento trastornado
Sobre un trenzado seis
Mi cabeza es absurdo vigía entre las aves
Pues ella picotea en un cerezo blanco
En la plenitud de la gran playa de ceniza
La playa de los fuegos
Los osos sangran sobre emboscadas imprevistas
Calculaban su paso más libre a la costa
Yo he nacido de mis gestos los gestos de la envidia
Y de mi propia miseria
Toda mano de miseria que conduces
Me saluda esta tarde
Es mi fiel defensora.




II




Escucho tu voz sobre las calles blancas
Sobre muros que el cielo mece
Escucho a mi corazón hilar para ti
Y sé por fin qué es eso en rebeldía
Al fondo del desierto por un cambio de luz
De mis deseos haré himnos ellos van
Y se ríen al desertar en torno a una sombra fértil



Es demasiado tarde para un juego
De repeticiones
Yo soy quien te ama para siempre
El prisionero negro que nace de tus pies
Que tú has olvidado
Solo bajo este sol de dicha
Esta tarde es para mí toda tempestad
Todo misterio.



De "Pasada libre", 1941


Vista de pájaro




a Braulio Arenas


En un salón donde los lobos delatan la nevada
O en el claro del bosque los muebles de acacio
Desde hace mucho tiempo las nubes juegan al rebaño
Las nubes de ciervos volantes
Esperarán a la caída de las hojas
En un portal de vidrio a la caída del idioma
Cuando yo no seré más el que os da de beber
Alrededor de todas las fuentes escondidas
Que se encantan a si mismas
Cuando en el fondo de sus espejos baten las últimas alas
Los pájaros picotean las cuerdas del verano
Formando encantadoras coronas mensajeras
Llevados por sus alas ellos reman hacia el bosque que gira
Entre las hojas verdes son abanicos de fuego
Que caen al parquet calculando semillas
Sobre el desierto ya no hay más que el tejido del cielo
Y el latido de una red de coral sobre los frutos
Cuando el sol se diluye en el encaje.


De "René o la mecánica celeste, 1942

JORGE CÁCERES (Luis Sergio Cáceres Toro , 1923 / 1949, Santiago de Chile, Chile)
Imagen: Andrew Wyeth

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