Cangrejos y tortugas | El poeta ocasional

Cangrejos y tortugas



Cangrejos en la playa de Armação    




Al principio son invisibles como los cabellos 
    rubios de un cuadro de Boticelli 
    pero a la hora de la siesta empiezan a 
    salir otros más grandes 
    tiemblan al paso del turista desprevenido 
y huyen se esconden rápidamente cobijados en 
los parasoles: cada uno tiene su hoyo en la arena 
en cuyo fondo oscuro cometen las torpezas de
cualquier ser viviente. ¿Ignoran el ruido del mar?
¿Ocultan claves esotéricas? ¿Se preocupan por
   el último best seller?
Lo cierto es que nos miran con dos enormes radares negros
y de costado utilizan la cámara fotográfica con
   un solo ojo electrónico compuesto por
   millones de células solares. En la playa
                     solitaria
                         de
                     Armação
hemos quedado este verano del 78
fotografiados por la vida, apenas levemente como la arena
hasta que la marea del invierno cubra esos
    desconocidos cráteres, borre las huellas
    de los cangrejos, transporte hacia las costas africanas
    mujeres en bikini, risas, y ¿por qué no?
la imagen de un árbol desconocido
a cuya sombra hablaban portugués nuestros amigos.


ALFREDO VEIRAVÉ (1928 / 1991, Gualeguay, Provincia de Entre Ríos, Resistencia, Provincia del Chaco, Argentina)
De: "Historia natural", Editorial Sudamericana, 1980)



Documental




Los biólogos empeñados en repoblar de tortugas
las costas de Bermudas descubrieron
que los bebés de las tortugas
necesitan cruzar por sus propios medios
la playa del mar en el que se internan para crecer.
Observaron que de no cumplir esa travesía
no volverían al lar, maduros ya, y
fuertes de navegaciones. Pero
las playas de Bermudas están infestadas de cangrejos
prodigiosamente blancos y feroces
en cuyas pinzas perecen algunos bebés tortuga
como tributo al medio atroz donde nacieron.
Los cangrejos tal vez pueblan en exceso las playas
pero los biólogos lanzan a los bebés a horas tempranas
cuando el sol no despierta a los cangrejos
Es más que un acto de piedad burlar el sueño de las bestias


JORGE AULICINO (1949, Buenos Aires, Argentina)

De: "La caída de los cuerpos", El lagrimal trifulca, 1983  

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