Verónica Jaffé | El poeta ocasional

Verónica Jaffé







Lawrence, Kansas





Obligada por las circunstancias,

tomo una copa de cognac,

acodada en la barra de un local oscuro

dedicado a la memoria de seis grandes nombres

del football americano.


Miro las imágenes de los inevitables monitores.

Varios de los parroquianos parecieran dormitar

ante sus jarras de cerveza.

Languidecen las conversaciones.

La muchacha rubia y sonrosada

que atiende a los clientes

(y pregunta por mi profesión y origen),

suma y resta en un rincón

la columna de ingreso

para esta noche.


De regreso al cuarto del hotel

recuerdo con cierto embarazo

las sensuales contorsiones de Madonna

en el video.


Porque ciertamente el dormir

en un cuarto con el nombre de un tal Hudson

("Billy"), constructor de hoteles

que habían sido destruidos

y quemados por bandidos malhechores,

huestes enemigas, asesinos contratados

por señores esclavistas,

no será posible sin la ayuda de un milagro

quizás propiciado por Madonna

o por el cognac bebido junto a los clientes

del bar dedicado a la memoria

de las grandes ligas.


Y pienso: ¿por qué no?

Faltan diez para las once,

a las once emergen los recuerdos,

y espero con paciencia a que de alguna forma

aparezca el perfil de un cuerpo,

y suceda un milagro

-quizás a las once y media-

que me guarde de la noche;

del video, de las huestes enemigas.

Porque la barbarie pareciera estar cerca

de los bares, del deporte,

de los monitores, e incluso,

oh engaño,

de la ahora pérfida sonrisa de Madonna

y seguro se oculta

en los muros calcinados,

luego repintados, de este cuarto.

La barbarie, ¡grande historia!

está emparentada en las bases

de este centenario hotel

ubicado en Lawrence

cerca de Topeka

y Kansas City.




Verónica Jaffé (Caracas, Venezuela, 1957)

De. "El largo viaje a casa", Fundarte, 1994

Imagen: talcualdigital.com

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