Joan Margarit: La penosa belleza, tan distante.


Joan Margarit

Los ojos del retrovisor



Los dos nos hemos ido acostumbrando,
Joana, a que esta lentitud,
cuando, al bajar del coche, apoyas las muletas,
despierte a los cláxones y su insulto abstracto.
Me hace feliz tu compañía,
la sonrisa de un cuerpo tan lejano
de lo que siempre se llamó belleza,
la penosa belleza, tan distante.
Yo la he cambiado por la seducción
de la ternura iluminando el hueco
que la razón dejó en tu rostro
Cuando me miro en el retrovisor
veo unos ojos que no reconozco,
pues brilla en ellos el amor dejado
por las miradas, y la luz, la sombra
de todo cuanto he visto,
y la paz que me da tu lentitud,
tan grande es su riqueza
que no parece míos los ojos del espejo.


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De: Libro de poesía

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